Víctor Antolí Salvá (Castellón, 4 de abril de 1986)
Director de la Escuela Municipal de Teatro de Castellón desde 2014 y director en Aula, Cine y TV. Es licenciado en Arte Dramático en Madrid (2011), Máster en Interpretación para cine y televisión en Madrid (2013) y licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universitat Jaume I de Castellón.
Ayudante de dirección en el Teatro Español de Madrid, en la función teatral ‘Oleanna’, de David Mamet.
Como actor ha encarnado el personaje de Javier en la temporada 15 de la serie ‘Cuéntame cómo pasó’

“Después de acabar aquel curso de interpretación me gustó tanto que me dije que Londres siempre iba a estar ahí. Fue una decisión crucial que me cambió la vida para siempre”

“Este es un oficio muy inestable, y yo siempre les repito a mis alumnos que hay que tener un plan B y si hay un plan C, mejor todavía”

“Un actor que se muestra tal y como es te atrapa, ves su esencia, sin filtros”

“Ésta es una profesión en la que te expones y hay mucha gente frustrada que trata mal a los actores. Yo trato como me gusta a mí que me traten”

Teatre del Raval de Castellón a las cinco de la tarde del 22 de diciembre de 2016. Un escenario silencioso, vacío, casi espectral con dos sillas vacantes donde invitamos a sentarse al actor y director de la Escuela Municipal de Teatro Víctor Antolí. El otro asiento lo ocupa nuestra compañera y periodista cultural Patricia Mir. Arranca una charla con este joven talento castellonense minutos antes de estrenar su proyecto de Aula Abierta.



Pregunta. Víctor, me gustaría que planteemos esta entrevista partiendo del momento presente hacia atrás. Cuéntanos porqué estamos hoy aquí en el Teatre del Raval.

Respuesta. Hoy el público está invitado a disfrutar de una muestra abierta de clase de los alumnos y alumnas de la Escuela Municipal de Teatro de Castellón donde se van a interpretar escenas de Tennessee Williams, Agatha Christie y Chéjov. El objetivo del aula abierta es que el alumnado se enfrente a un público antes de que finalice el curso en mayo. A lo largo del año tendrán dos aulas abiertas, ésta donde se ve el trabajo que hemos realizado durante los tres primeros meses de curso y otra en marzo. Mi propósito es que pierdan un poco el miedo escénico. Van a interpretar escenas que hemos trabajado y ensayado en clase durante todo el curso. Y el final de curso lo haremos en el Teatro Principal.

P. ¿Cuál es tu función en la obra que interpretarán estos alumnos de la Escuela Municipal de Teatro de Castellón?

R. Durante estos tres meses yo les he impartido interpretación y Laia Porcar les ha hecho el trabajo de cuerpo. Es muy interesante porque vamos a ver cómo los actores se preparan aquí mismo, delante del público. Habrá un calentamiento donde Laia les va a ir guiando y después ya son todos míos. Yo les puedo interrumpir en cualquier momento. En clase hemos trabajado mucho con la acción dramática, las circunstancias dadas de la propia obra, los personajes. Ellos aquí ya vienen siguiendo lo que hemos bautizado como ‘cocinados’.



P. Víctor Antolí dirige en la actualidad la Escuela Municipal de Teatro de Castellón. ¿Qué balance personal haces de estos casi tres años?

R. El momento en el que estoy ahora tiene muy poco que ver a cuando empecé en 2014. Entonces yo estaba recién llegado de Madrid con un nivel muy alto de exigencia. Quería hacerlo muy bien, traer a Castellón todo lo que yo aprendí allí. Incluso logré traer a gente muy potente de Madrid. Ahora, en cambio, me siento mucho más rodado con el trabajo que realizan. Noto que lo disfruto más y estoy muy cómodo. Hemos empezando mi tercer curso con mucha ilusión.

P. ¿Cómo surgió la aventura de dirigir la Escuela Municipal de Teatro?

R. La aventura surge porque cuando yo vengo de Madrid empiezo a presentar proyectos en el Ayuntamiento para realizar cursos pero no obtengo respuesta. Al final de ese mismo año me dicen que sale a concurso público la Escuela Municipal de Teatro y que justo ese año caducaba el plazo. Así que lo intenté. Me presenté, aunque muchos eran los que me decían que no me la iban a dar. Yo luché, estuve durante semanas preparando un proyecto muy potente con más de 70 folios donde detallé asignaturas, obras, temporalización, calendario, absolutamente todo. Cuando me lo dieron me puse contentísimo. Y fue una suerte porque ya estaba preparándome para irme a Dubái.



P. ¿Y porqué Víctor Antolí estaba preparando las maletas para Dubái?

R. Pues principalmente porque necesitaba un cambio en mi vida. Estaba cansado de estar en Madrid, saturado diría yo. Necesitaba desconectar de tanto estrés de la capital. Este es un oficio muy inestable, y yo siempre se lo repito a mis alumnos. Hay que tener un plan B y si hay un plan C, mejor todavía. Pensaba irme con mi hermano que trabaja allí como arquitecto para trabajar con él en su empresa y, curiosamente, salió adelante la dirección de la Escuela, así que me tuve que quedar.

P. Retrocedamos pues un poco en el tiempo para llegar precisamente a Madrid. ¿Cómo acaba un joven castellonense con la carrera de publicista interpretando papeles en series tan conocidas como ‘Cuéntame cómo pasó’?

R. En esta serie hice personajes episódicos, como se dice en el oficio. Yo llegué a Madrid y me formé en una escuela, aunque primero hice un curso de introducción a la interpretación. Fue un seminario de apenas un mes en verano que hice sin decírselo a nadie, ni siquiera a la familia. Cuando lo acabé me encantó y fue entonces cuando decidí dar el salto y lanzarme. De echo ya tenía pensado irme a Londres a estudiar, después de acabar la carrera de Publicidad. Es justo el momento en el que empieza la crisis y pensé, como tantos otros, salir de España. Pero después de aquel curso de interpretación me gustó tanto que me dije que Londres siempre iba a estar ahí. Fue una decisión crucial que me cambió la vida para siempre.



P. ¿Cómo logras irte a Madrid sin que la familia se enterase de que estabas estudiando el seminario de interpretación? ¿Se sorprendieron cuando conocieron esa faceta?

R. Cuando yo me fui a Madrid en agosto era para estudiar un curso intensivo de inglés con el objetivo de irme a Londres. Y lo hice. Estudiaba inglés y por las tardes hacía el seminario de interpretación. A la familia le sorprendió pero a mí mismo también. Era algo que siempre había querido hacer pero nunca se lo dije a nadie. Cuando acabé el curso, el director de la escuela me dijo que yo me podía dedicar a esto y que quería que yo siguiese estudiando en la escuela. De repente todo se volvió claro.

P. Así que Víctor Antolí se licencia como publicista en plena crisis. ¿Qué tal se llevan las facetas de actor y publicista?

R. Estudié Publicidad en la Universitat Jaume I de Castellón y tengo que decir que me ha servido y me sirve mucho. Me encanta esa profesión. He logrado enlazarlo en mi trabajo. Por ejemplo, el cartel de la actividad que realizamos hoy lo he diseñado yo. Es una cocina donde están cocinando un corazón y los ingredientes son el respeto, la confianza y seguridad. El lema es: Ven a conocer cómo se cocina a fuego lento el proceso del actor. Yo creo que esta profesión es como una cocina. Y el corazón es porque a mí me gusta tratar bien a los actores. No olvidemos que ésta es una profesión en la que te expones y hay mucha gente frustrada que trata mal a los actores. Yo trato como me gusta a mí que me traten.



P. ¿Eres un buen ejemplo de actor-publicista entonces?

R. Supongo que sí. La publicidad me sirve mucho a la hora de la gestión de comunicación de todos los proyectos que hago. Creo que tengo mucha visión para eso. Es más, cuando yo llegué la Escuela de Teatro de Castellón apenas se conocía. Tuve que hacer un trabajo de reposicionamiento de la marca que no existía. También hemos hecho recientemente un trabajo contra el acoso escolar y toda la comunicación, estrategia de marca, seguimiento… lo llevo todo yo. Y además me encanta poder hacerlo.

P. Me interesa especialmente tu apuesta personal por la formación cultural de sus alumnos y futuros actores. ¿Cómo lo llevas a la práctica?

R. A mí me pasó también cuando estudiaba que la interpretación tiene algo que logra que te enamores de ella. Una de las cosas que hace que te enamores es precisamente cuando te nombran autores que tú no conoces y empiezas a estudiarlos y a entrar en ellos. Autores como los que vamos a ver hoy (Tennessee Williams, Agatha Christie y Chéjov) cualquier actor tiene que conocerlos. Yo sigo la agenda cultural e intento que mis alumnos vayan a ver obras, les consigo entradas más baratas por medio de convenios, tienen descuentos en librerías, les llevo a ver rodajes. Siento que estoy haciendo lo que me gustaría que hubiesen hecho conmigo y que algunos profesores sí hicieron. En mi Escuela nos cuidaron mucho.



P. Es evidente que te dejas la piel en la Escuela de Castellón, pero ¿Puedes compaginarlo con tu faceta como actor?

R. Intento compaginarlo de la forma más sana posible y que creo que es la mejor. Yo tengo una representante en Madrid y cuando tengo una prueba de casting voy a Madrid, la hago y vuelvo. Creo que es la forma más sana en la que un actor debería hacerlo. Muchos compañeros creen que lo mejor es estar en Madrid, viviendo en Madrid, y que solo así puedes trabajar en esto. Yo no lo creo. Es más, en mi primer año de vuelta a Castellón hice más pruebas de casting viviendo aquí que cuando estaba en Madrid.

P. ¿También preparas a tus alumnos para un casting?

R. Claro. Yo siempre les cuento todo y cómo enfrentarse a una prueba. Les digo que esta es una profesión que hay que arriesgar e intentar sorprender. Ahora quiero traerles a un director que está empezando que es director de una serie de Tele 5 de adolescentes. Intento que puedan hacer pruebas en las distintas producciones. Es muy importante para mí que ellos estén cuidados y que aprenden que en última instancia un casting no depende de ellos. A veces ni siquiera depende de la interpretación misma. Buscan un perfil.



P. ¿Cómo es el perfil de ese alumnado de la Escuela Municipal?

R. En Castellón tenemos un grupo de pequeños de 7 a 9, y otro de 10 a 13 años. Luego hay un grupo de iniciación con 25 personas donde la mayoría son adolescentes porque tienen un horario de 17.30 a 19.30 (martes y jueves). Y, por último, un grupo de perfeccionamiento de casi 20 donde hay más adultos con un horario de 19.30 a 21.30 para los que trabajan. Ensayamos en la Casa de la Cultura, en Antonio Maura. El perfil medio es gente joven que le atrae este mundo. Es bonito poder decir que las plazas se acaban a los diez minutos de salir desde que yo estoy. Mucha gente se queda fuera y es una lástima. En la escuela solo pueden estar dos años y muchos quieren seguir. P. ¿Con esa cantera, crees que hay madera de futuros actores en Castellón?

R. La verdad es que sí. Cuando hicimos el trabajo con los jóvenes para acabar con el acoso escolar (‘Nada será igual’) descubres el nivel de nuestros actores. Un proyecto que podría estar en cualquier cadena de ámbito nacional perfectamente. Y ya no solo en el trabajo de los actores, sino también en la productora y todas las personas que han participado. Estoy muy satisfecho de este proyecto. Vamos a los institutos y ves cómo la gente se emociona. Se ha generado todo un fenómeno y un movimiento muy real. El otro día un alumno me dijo que le habían pedido un autógrafo como actor y que eso era gracias a mí. Estoy, de verdad, muy contento.

P. ¿Si ahora a Víctor Antolí le surge un proyecto importante como actor qué harías con la Escuela?

R. Pues muy fácil. Tengo gente preparadísima como Laia, Vicente, Mar, Jordi, personas que me ayudan y en las que confío plenamente. Además el trabajo de actor realmente es muy agradecido. Aunque tú veas una serie, a lo mejor tu papel o tus secuencias se graban en un mes. Se puede compaginar fácilmente el teatro o la televisión con la escuela.



P. ¿En estos momentos hay alguna serie u obra de teatro que te gustaría hacer?

R. El año pasado el premio Castelló a Escena lo ganó Luciano, un dramaturgo muy joven con la obra ‘El vals del pez piedra’. Es una historia de dos personajes, un actor y un productor. Creo que es una obra espectacular que me encantaría hacer. Hemos hablado ya y estamos esperando que me ceda los derechos.

P. Has trabajado como ayudante de dirección. ¿Te gustaría meterse en ese papel y dirigir a otros actores?

R. Por supuesto. Me encanta. En ‘Nada será igual’ ya hice la dirección de actores y hoy a modo de coach también lo voy a hacer con mis alumnos. Pararé para que entiendan muy bien el personaje, saber de dónde viene, a dónde va el personaje, qué quiere decir con cada frase. Para mí interpretar un personaje es como el abogado cuando tiene que defender a su cliente en el juicio. Una vez lo entiendes puedes defenderlo. Esta es para mí la esencia de interpretar. Si no entiendes lo que dices te conviertes en un actor loro. Esta profesión parece fácil pero para lograr transmitir tienes que entender a la perfección el personaje y el texto.

P. ¿Cómo es Víctor Antolí en las distancias cortas?

R. Soy como me ves. No hay trampa. Soy un chico muy normal, muy natural. Y cuando tengo a mis alumnos delante les digo precisamente que sean como son ellos, naturales. Es lo que yo quiero como profesor y como director. Un actor que se muestra tal y como es te atrapa, ves su esencia, sin filtros.



Y así, sin filtros, dejamos que Víctor reciba a sus alumnos y que les dé los últimos consejos antes de subir el telón. Se nota que este actor se mueve como pez en el agua por el escenario, mientras a su lado un grupo de adolescentes se miran nerviosos y expectantes.

Periodista: Patricia Mir
Fotografía: Pepe Lorite

Nuestro agradecimiento a los técnicos del teatro del Raval que nos ayudaron y atendieron magníficamente durante la entrevista.

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