José Mercé y José Manuel Zapata, se unieron de nuevo para homenajear al tango clásico, y en especial a la figura de Carlos Gardel. Tangos inolvidables como “Cuesta abajo”, “Mano a mano”, “Volver”, “Tomo y obligo”, sonaron en las voces de estos dos artistas, maridados con tangos de corte más moderno como “Garganta con Arena” o “El corazón al sur”. La unión del flamenco, la voz lírica, y la música argentina crearon un espectáculo único, lleno de emociones en el Teatre Municipal de Benicàsim.

El espectáculo hizo un recorrido por los tangos más célebres de la historia, incorporando otras piezas emblemáticas de la discografía de los dos artistas, como homenaje de ellos al género: piezas flamencas, piezas líricas, que a su vez se vieron acompañadas de piezas instrumentales adecuadamente elegidas para completar este homenaje.

El granadino José Manuel Zapata, tenor de meteórica trayectoria y habitual de teatros de la talla del Metropolitan de Nueva York, vive y respira música. Su maravillosa voz protagoniza este homenaje a Carlos Gardel que se encama sobre las tablas a través del respetuoso y emocionante homenaje a su legado, vivo entre adoradores de su arte como el propio Zapata.

De la mano de estos maravillosos intérpretes, el público recreó la cálida y mágica atmósfera del tango y recuperó los vivos textos de Gardel, transportándose a los salones de época de los años veinte y treinta.

José Manuel Zapata empezó su acercamiento al tango de la mano de Pasión Vega en un espectáculo conjunto en directo, con un repertorio integrado por tangos argentinos clásicos. Posteriormente, el proyecto se convertiría en un disco en el que Zapata canta tangos a dúo junto a Miguel Poveda, Rocío Márquez, Marina Heredia, Ángela Cervantes y José Mercé.

El cantaor gaditano José Mercé, un experto en la interpretación del tango flamenco, hizo honor al título de una de las canciones de su último disco, “Tangos de ida y vuelta” en este proyecto junto a Zapata. Los interpretaron junto a un quinteto formado por piano, guitarra, bajo, violín y bandoneón, demostrando que las distancias entre tango, flamenco y bel canto pueden desaparecer cuando hay un nexo común que gira alrededor de algo tan universal como es el sentimiento.

Al finalizar la actuación se pasaron a cenar por la Tasca restaurante Corralet de Benicàssim.

Fotografía: Pepe Lorite

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