La octava edición de Benicàssim Belle Époque tuvo lugar del 6 al 8 de septiembre en el paseo Pilar Coloma.

El Paseo Pilar Coloma de Benicàssim volvió a convertirse del 6 al 8 de septiembre en el lugar que dio origen al turismo de costa con la octava edición de Benicàssim Belle Époque. Tres jornadas en las que se recreó cómo vivían Els Senyorets, (calificativo que recibieron las familias que veraneaban en la zona conocida como Las Villas), caracterizada por sus majestuosos palacetes y residenciales junto al mar. El esplendor que tuvieron las Villas del municipios de Benicàssim se puso en valor de la mano de un programa de actividades pensado para el disfrute de todos los públicos.

La singularidad de Villa Elisa se pudo descubrir tras el proyecto de remodelación del palacete municipal, donde  las “recepciones teatralizadas” tuvieron lugar en allí todas las tardes.

Con la apertura del mercado modernista la octava edición del evento costumbrista dio comienzo el viernes por la tarde. Este espacio ubicado a lo largo del paseo marítimo recupera una muestra de la artesanía más cuidada y elaborada donde se puede encontrar todo tipo de productos hechos a mano y los visitantes también tuvieron la oportunidad de conocer más de cerca cómo se hacían los trabajos artesanales de la época. Además de la oferta tan diversa que ofrece el mercado costumbrista, a primera hora de la tarde también abrió sus puertas la exposición del Ferrocarril de Benicàssim que por primera vez participó en el evento de la mano de la Asociación Cultural Ferrocarril de Farja y mostró modelos a escala de trenes de aquella época. La exposición se pudo visitar frente a Villa Paquita. Por otro lado, la Peluquería y Barbería Belle Époque también comenzó frente a Villa Margarita así como el Taller de Fotografía Analógica.


El inicio de todas estas actividades fueron visitadas por una amplia representación municipal, encabezada por la alcaldesa, Susana Marqués, y la concejala de Turismo, Cristina Fernández, así como la diputada Virginia Martí y representantes de la organización del evento. La comitiva inició el trayecto en el Paseo Pilar Coloma, a la altura de la calle Jorge Comín, y recorrieron todo el espacio que acogió la muestra costumbrista.

Otra de las novedades fue el castillo de fuegos artificiales a cargo de la Pirotecnica Peñarroja que tuvo lugar en la Playa Voramar el domingo 8 de septiembre.

El Paseo Pilar Coloma se convirtió durante tres días en el espacio perfecto para reír con las mejores compañías teatrales o deleitarse con la música de una Big Band.

Así, Benicàssim Belle Époque fue una ocasión inigualable para peinarse conforme a la moda, adquirir los productos más originales en el mercado modernista, hacer una ruta guiada o bailar en una auténtica verbena de la época,  asistir a la Peluquería y Barbería Belle Époque, realizar un taller de fotografía analógica o participar en los numerosos juegos infantiles. Por su parte, la Verbena Belle Époque se convirtió en el lugar perfecto para bailar, charlar y reír, así como para disfrutar de los mejores puestos de bebida y alimentación.

Además, contó con las actuaciones musicales y los bailes de agrupaciones locales. Por si fuera poco, los asistentes a la verbena pudieron divertirse con el “baile del farolillo”: un baile lento que finalizó cuando se apagó la vela que sujetaban los participantes. También se dieron cita los participantes en los concursos de fotografía, pintura, vestimenta y mejor puesto e indumentaria del mercado modernista.

Fuente Prensa Ayuntamento Benicàssim
Fotografía Pepe Lorite

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