Con más de 40 años de experiencia acumulada en la enseñanza, el proyecto educativo del colegio San Cristóbal se caracteriza por su apuesta por la innovación pedagógica y tecnológica, adecuando su didáctica al contexto en el que se integra, siempre atento a las demandas sociales y perspectivas de futuro. La actualización permanente en su búsqueda de la excelencia le ha conducido a integrar en su práctica educativa la teoría de las inteligencias múltiples desarrollada por el Dr. Howard Gardner, profesor, psicólogo e investigador de la Universidad de Harvard.

Quien fuera Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, define la inteligencia como una capacidad que no es innata e inamovible sino que puede ser desarrollada por medio de la estimulación. Las personas no nacen siendo inteligentes, vienen al mundo con distintas potencialidades. Nuestra inteligencia es consecuencia de la suma de aquello disponible en la cultura que nos rodea, el grado de motivación personal que alcanzamos y la calidad de la enseñanza que recibimos. Gardner remarca que la brillantez en matemáticas o lengua, las inteligencias más favorecidas en el sistema educativo tradicional, no son suficientes para desenvolverse en la vida. Por ejemplo, un alumno puede ser excelente en cálculo mental pero si no es capaz de relacionarse con los demás, difícilmente alcanzará la plenitud personal ni profesional por lo que no será feliz en su vida adulta. Con el fin de lograr este desarrollo integral de sus alumnos, el colegio San Cristóbal les ofrece oportunidades para experimentar en cada uno de los campos relacionados con las ocho inteligencias definidas por Gardner: lógica-matemática, verbal-lingüística, corporal-kinestésica, musical, naturalista-ecológica, espacial, interpersonal e intrapersonal. Estas dos últimas son especialmente abordadas en el programa de Educación Emocional integrado en su currículum, gracias al cual los alumnos aprenden progresivamente a reconocer y regular sus emociones, a hacer frente a conflictos y a pensar críticamente.

A lo largo de su paso por el Centro, que abarca desde la educación infantil hasta los estudios preuniversitarios, el alumno es protagonista de los distintos proyectos interdisciplinares que parten de sus inteligencias más desarrolladas y potencian las que se sitúan en un plano inferior, atendiendo a la individualidad y personalizando su enseñanza. Dentro de dicho programa destacan los talleres de interés como los de cocina, coro, medioambiente, arte, informática, baile, periodismo, creación de empresaa, cine y primeros auxilios. En ellos, cada inteligencia se activa a partir de los centros de interés de los alumnos, quienes aprenden haciendo, en un planteamiento didáctico que entronca con el lema del centro: “Hacemos personas”. Gracias al descubrimiento fruto de la práctica, los alumnos construyen su propio conocimiento mientras trabajan motivados, en un aprendizaje neurológicamente equilibrado al desarrollar al mismo tiempo los dos hemisferios cerebrales.

Ocho inteligencias
Recordar que la inteligencia lógico-matemática impulsa la capacidad para usar los números de manera efectiva y de razonar adecuadamente como en el caso de científicos, matemáticos e ingenieros; mientras que la inteligencia verbal-lingüística trata con la capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en forma oral o escrita: escritores, poetas, periodistas y oradores, entre otros.

Por su parte la inteligencia corporal-kinestésica se centra en la capacidad para usar el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos y la destreza en el empleo de las manos para transformar elementos (atletas, bailarines, artesanos y cirujanos). Destacar también que la inteligencia musical valora la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Está presente en músicos, compositores, directores de orquesta o críticos musicales entre otros. La inteligencia espacial aborda la capacidad de pensar en tres dimensiones e interpretar gráficos, esquemas, cuadros, planos o croquis. Presente en pilotos, marinos, escultores, pintores y arquitectos, entre otros mientras que la inteligencia naturalista-ecológica incide en la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas (botánicos, ecologistas, biólogos).

Por último, la inteligencia interpersonal se centra en la capacidad de entender a los demás e interactuar eficazmente con ellos (actores, docentes, políticos) y la intrapersonal valora la capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de organizar y dirigir su propia vida. Incluye la autodisciplina, la autocomprensión y la autoestima.

La educación emocional destaca dentro del proyecto educativo.

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