Lorenzo Caprile: 25 años de carrera

El mito de la superwoman no existe

Elegancia, sencillez y minimalismo son tres de los adjetivos que pueden describir cualquier diseño del reconocido modista Lorenzo Caprile. Con sus estudios en el Fashion Institute of Technology de Nueva York. Posteriormente, amplió su formación en el Instituto Internacional Politécnico de la Moda de Florencia donde también se licenció en Lengua y Literatura.

Mientras sigue celebrando el 20 aniversario de la fundación de su taller de costura, que capitanea en pleno barrio de Salamanca de Madrid, este creativo exigente consigo mismo que vive de espaldas a las tendencias cambiantes, ha llegado a la capital de la Plana invitado por la Fundación Caja Castellón para explicarnos por qué, hoy en día, una mujer que luzca uno de sus diseños podrá sentirse protagonista de su particular cuento de hadas con garantía de total acierto y distinción.

El modisto recuerda que “Cuando yo empecé, hace 25 años, la formación en España no era la que tenemos ahora. Empezaba tímidamente, había alguna escuela un poquito más seria en Barcelona, el Politécnico en Madrid estaba en sus primeros pasos. En ese sentido mi familia tuvo la gran suerte de que me apoyara y para irte a Barcelona, pues ya ¡vete a Nueva York! Estoy muy contento de aquellos años de formación. Pero vamos, que ahora las cosas han cambiado mucho y cualquier joven que quiera empezar a formarse, ya ahora en España el nivel es otro, gracias a Dios”. Además, contó con la ayuda de la familia para ello porque “en ese sentido tengo una biografía muy tranquila, no tengo ninguna anécdota de hijo incomprendido que me tuve que escapar de casa. Para nada, al contrario, he tenido mucha suerte, el apoyo de mi familia desde el principio. Lo único, mis padres, me advirtieron “si te quieres dedicar a esto es una carrera muy dura, muy complicada y tienes que ser el mejor porque son carreras que no admiten el término medio”.

Con respecto a su trabajo reivindica el nombre de modisto “que creo que es lo que realmente es mi profesión. Yo no considero que haga moda, ni tendencia, ni saco cuarenta mil colecciones al año que tienen que estar cambiando constantemente para que la gente compre algo nuevo. Es algo más, pues lo que era un poco los talleres de costuras de siempre, que van a hacer trajes preciosos y a que estén guapas. Eso es relativamente sencillo. No hace falta ser estridente para conseguir que una mujer esté impresionante, yo creo que más bien lo contrario. No necesito llamar la atención en una pasarela porque no hago pasarela, ni necesito trajes mediáticos que destaquen en una semana donde hay cuarenta desfiles que se hable de ti. Es algo mucho más sutil. Trabajas para la persona que te paga y para las personas que te encargan y muchas veces vosotras os conocéis muy bien, sabéis los colores que os sientan bien, las formas que os sientan bien y ahí también está lo bonito, en saber interpretar y en saber hacer realidad pues esos deseos de cada clienta. Eso está muy bien”.

Al pedirle su opinión de la moda española responde que “Depende de lo que se entienda por moda española. Si se entiende por todo el fenómeno moda, el diagnóstico es estupendo. Tenemos una empresa española que ha cambiado las reglas del juego en nuestro sector, que es el grupo Inditex, con Zara a la cabeza, tenemos a Mango, Camper, Tous, la zapatería española si hablamos de una Pura López o un Pedro García, al sector de la moda nupcial con Rosa Clará y el grupo Pronovias... Pero si hablamos de la moda de autor, la moda firmada, ahí entramos en el lío de las pasarelas, de las subvenciones y de la política, y esto sigue en el mismo sitio en el que estaba hace 25 años”. Además, añade “Cuanto mejor les vaya a los grandes grupos, más éxito tendremos nosotros, porque siempre hay un momento en tu vida en el que no quieres ir como todo el mundo, en el que buscas algo muy especial, muy personal, y entonces recurres a talleres como este. La crisis nos afecta a todos, el que diga lo contrario miente. Ahora bien, aquí la estamos aguantando mejor porque en el fondo un vestido a medida es un sueño, una ilusión, es muy aspiracional”.

La crisis “se nota en todo y el que no lo reconozca miente o es un inconsciente, pero en España las bodas son una tradición muy asentada y familiar. Una alfombra roja privada a la que es muy difícil renunciar. Ahí lo estamos notando un poquito. Estos momentos me los tomo como un reto: tengo que esforzarme más, dar un servicio impecable, tener las mejores telas y bordados para que mis clientas estén contentas”. Pero “para meterse en negocios de moda de ropa hay que tener muchas ganas de sacrificio, porque hay mucha muñequita rota, cada vez más. La gente se deja deslumbrar porque como la moda es tan mediática, tan atractiva, y parece tan fácil... Ahora mismo yo creo que el mundo de la moda es uno de los mundos más complicados, más mezquinos, más traicioneros, más difíciles, más competitivos... No todo es hacer un dibujito ni vestir a una famosa, eso es lo más fácil. Ahora darse a conocer también es muy fácil precisamente por los blogs y las redes sociales, lo difícil es mantenerse. Yo llevo en mi taller sin ayudas de ningún tipo veinte años, con mis altibajos, como todo el mundo, pero siempre en primera línea”.

El futuro de la moda “Lo estamos viendo en general en toda la sociedad. Creo que, desgraciadamente, vamos hacia una sociedad muy de extremos, muy radical. En el mundo de la moda vamos a tener eso, el mundo low costy por otro lado firmas muy exclusivas. Los dos opuestos”.
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