La Torre Sant Vicent rememora su época medieval con ¡Torre a la vista!, el pasado sábado 26 de marzo en Benicàssim

Duelos de espadas, escenas costumbristas en la posada, talleres artesanos y actividades para los más pequeños formaron parte de la recreación que se prolongó durante toda la jornada de mañana

Los piratas berberiscos y los lugareños del medioevo  tomaron la Torre de Sant Vicent de nuevo para evocar las vivencias de aquella época y hacer las delicias de grandes y pequeños durante la jornada del sábado 26 de marzo. Espadachines, juglares, taberneras y algún que otro pícaro,  vagaron durante todo el día entre las atracciones y los puestos del mercado medieval que en los alrededores de la Torre Sant Vicent se instalaron para la celebración de ¡Torre a la vista!.

La alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, acompañada por la concejala de turismo, Elena Llobell y otros concejales de la corporación,  visitaron el recinto del evento para participar en las diferentes actividades que, durante todo el día se fueron desarrollando.

Marqués destacó  la “alta participación de visitantes y residentes que han aprovechado un día casi veraniego para salir al aire libre y disfrutar de toda la programación que se ha preparado con motivo de esta recreación. Creo que se ha conseguido el objetivo de ofrecer un aliciente nuevo para fomentar la llegada de visitantes y que esto contribuya a conocer más Benicàssim y a impulsar el comercio y la hostelería local, ya que todos los que vienen, pasan el día aquí”.

Las actividades dieron comienzo a las 10 de la mañana con actividades náuticas dirigidas a los más pequeños y una ruta guiada en bicicleta desde la Casa Abadía que fueron explicando el pasado berberisco de nuestras costas.

A partir de ese momento, las atracciones tradicionales del barco pirata y el tiovivo, junto con los talleres artesanos y la gymkana a la búsqueda de un tesoro oculto,  fueron sumando adeptos hasta llenar todos los rincones de los alrededores de la Torre de Sant Vicent.

Ya por la tarde, algunas representaciones teatrales, el duelo de piratas y un verdadero ataque berberisco, fueron divirtiendo al resto de visitantes que no  abandonaron la zona en todo ese tiempo.

A la caída de la tarde, un espectáculo de luces y color iluminó la Torre de Sant Vicent que recuperó su función vigía y permaneció atenta a la tranquilidad de la costa, hasta que al día siguiente de nuevo y durante toda la jornada, se repitieron las actividades para los más rezagados.

Fotografía: Pepe Lorite

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