El pasado 28 de agosto aterrizaba en el Aeropuerto de Sofía el guitarrista Pedro Navarro bajo la atenta mirada de la crítica musical del país balcánico. Más tarde, fue trasladado hacia la ciudad de Gabrovo, donde ofreció esa noche un concierto ante 800 personas en el Palacio Nacional de la Cultura. Debido a su éxito taquillero para el siguiente día, se realizó una segunda sesión para satisfacer la demanda de localidades que no ha sido colmada en el primer pase.
 
La gira del nulense continuará en las principales ciudades del Mar Negro. El día 2 tiene su gran cita en Sozopol, lugar en el que ofrecerá un concierto que será emitido en directo por la Televisión Nacional de Bulgaria. Será ésta su última gira antes de su gran cita el día 21 de septiembre en La Vilavella. En palabras del propio Navarro "empieza a sentirse la presión" tras la expectación que está despertando el espectáculo.
 
Nuevamente, La Vilavella será la excepción a la regla en la que Navarro ofrece más conciertos en el extranjero que en nuestro país. Desdicha o fortuna que viene persiguiendo al nulense desde hace unos cuantos años, ya que casi el 80 % de sus conciertos se sitúan fuera de la geografía española. Por esta razón, se presenta esta oportunidad como una gran ocasión para ver al guitarrista en estas tierras debido a la escasez de conciertos que ofrece en la geografía valenciana.
 
Como citas importantes en España le espera el Gran Teatro de Córdoba y dos sesiones en el Ateneo de Madrid, y en el extranjero cabe destacar como fechas relevantes del 13 al 17 de noviembre en Canadá.
 
Según asegura Yvonne Zumpé, representante del artista en Japón,  "estamos manteniendo negociaciones para presentar a Pedro en 2014 Tokio. Nuestra idea no es que Pedro entre en Japón con cualquier condición, sino como lo ha logrado en Estados Unidos; teniendo su cartel y sus citas importantes de modo continuado desde hace 5 años".
 
Inmediatamente después de estos compromisos en Europa del Este, la intención del artista es prepararse a conciencia para su gran cita en la Vilavella. En palabras del propio artista para Mediterráneo, "es un concierto que requiere de la coordinación de un gran equipo (…) en la que la preparación física y psicológica debe ser máxima".
 
Un menú compuesto por luces, vatios, baile flamenco, potencia, caballos jerezanos, y una guitarra que parece una extensión más del cuerpo de Navarro. Componentes que vaticinan no dejar indiferente a ningún espectador el próximo 21 de septiembre. Será un montaje de más de 72 horas en el que intervendrán un equipo humano de más de 60 personas; con grúas móviles, pantallas gigantes, multiplicación de espacios, iluminación del espacio de “La Pedrera de La Vilavella”, tierra de albero para la doma de los caballos...
 
Al finalizar el concierto de Navarro los asistentes podrán seguir disfrutando de las "24 horas de Noche Flamenca", con rumbas y sevillanas a cargo del grupo ondense Ronda 7.

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